La figura de Juan de Mariana resulta
controvertida pues convergen dos líneas de pensamiento que, postriormente,
derivarán hacia posiciones enfrentadas.
Por un lado, Mariana niega el principio
de soletus legibus, privilegio del
que disfrutaban los monarcas, similar a la inimputabilidad que se aplica sobre
nuestro actual Rey (e Infantas). En este sentido, Juan de Mariana defendía la necesidad de
la existencia de una limitación al poder. Tanto el como toda una tradición de
pensadores españoles –y esto no es baladí, como veremos más adelante–
reivindicaron que, frente a ese principio de soberanía ilimitada, debía
situarse un conjunto de instituciones articuladas por el derecho, que servirían
de control al poder monárquico, evitando la tiranía. En este sentido, podemos
afirmar que el padre Mariana fue un defensor de esa razón de Estado limitada
recogida por Foucault. De hecho, Mariana fue un defensor de los principios de
resistencia y de rebeldía contra aquél monarca que se extralimitase en su
acción gubernamental. Pero es en su obra económica donde podemos ver una
segunda convergencia con otra ideología, el liberalismo e, incluso el
neoliberalismo.
Mariana fue un gran exponente del pensamiento monetario
castellano del siglo XVII. Dicho brevemente, el jesuita consideraba que el
dinero que poseía una persona era propiedad suya, por lo tanto, las
intervenciones que se realizaban desde el poder, en forma de impuestos, al
asfixiar al pueblo restándole poder adquisitivo, no eran otra cosa que una
reducción de los derechos individuales. Como puede apreciarse, la vinculación
de Juan de Mariana con el pensamiento liberal, y posteriormente con el
pensamiento neoliberal, va quedando clara. Como el derecho, la propiedad
privada y el consentimiento –soberanía– eran los límites legítimos que se
imponían a la acción gubernamental, Mariana consideraba que sólo los súbditos
podían estar felices si el Estado no intervenía en las políticas monetarias,
causantes de descontento, deslegitimidad y empobrecimiento. Y así lo hizo
constar en su crítica a las políticas monetarias puestas en marcha bajo el
reinado de Felipe III. Como hemos podido comprobar, la figura de Juan de
Mariana acompaña el recorrido histórico demarcado por Foucault, desde la razón
de Estado hasta la nueva gubernamentalidad neoliberal. Por eso no es de
extrañar que Mariana sea una figura reivindicada tanto por conservadores, como
por progresistas y por neoliberales. De hecho, uno de los más influyentes think
tank liberal lleva su nombre.
Para leer al padre Mariana:
Mariana, J., Del Rey y de la Institución real, BAE, vol.31, Madrid, 1950.
Mariana, J., Del Rey y de la Institución real, BAE, vol.31, Madrid, 1950.
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