Ya en el último capítulo del primer volumen de Historia de la sexualidad, Foucault nos mostrará cómo el centro de las prácticas gubernamentales no se sitúa
abiertamente sobre los sujetos, es decir, la fase anatomopolítica ha pasado a
ser más sutil que antaño, sino que se centran en las cosas por hacer con respecto a ellos. En las
cosas que hacer con ellos, en el gobierno de sus vidas, pues la vida de la
especie –la vida biológica– será la nueva protagonista de una política basada
en la utilidad y en la productividad, valores de los cuales sacará renta máxima
la Economía política, el saber que, como ejemplo paradigmático, se pone al
servicio del nuevo biopoder.
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