viernes, 22 de marzo de 2013

El Golem

Dirigida en 1920 por los alemanes Carl Boese y Paul Wegener, El Golem narra la historia de cómo se rompe la concepción hilemórfica de la substancia, y de cómo se produce la indisociación del mundo de la techne y el mundo de la physis. La materia deviene material, arcilla o carne informe, y los sujetos son tratados como objetos. Es parte del fetichismo de la mercancía que escandalizaba a Marx, y es el resultado del primado de las prácticas sobre el objeto. Cuando la materia prima sobre la forma, la substancia es fabricada. Y como todo material, no tiene forma y es moldeable hasta el infinito. Sólo así se puede dar la recurrencia del capitalismo. En el capitalismo, el hombre es un Golem, un ser animado producido, de barro o de carne. El sujeto es fabricado con una pasta informe que se estira hasta el infinito. Menos mal que ésto sólo es apariencia. Que el mercado como substancia es apariencia. Pero hay apariencias que funcionan como verdades, son verdades producidas. Y a pesar de que no existe la materia sin forma, el Golem está en todas partes, y el hombre es sólo un mero epifenómeno, un efecto de superficie. En nuestra mano está seguir con la ficción o desmontarla.



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